El camino que encontré en Londres 38.

Esto lo escribi en
la primavera del 2007,
hoy lo revivo en mi blog...
disfruten!

Mientras iba jugando entre los adoquines de la esquina de Paris con Londres junto a mis compañeros de universidad, nos topamos con un pedacito de la triste memoria del país; Londres 38. Con el afán de mirar aquel lugar que te pone los pelos de punta, me encontré de frente con un Ford de los 20's y mas aya las cámaras de TVN grabando según yo amor por accidente, según la Fefa la nueva teleserie nocturna de época, y según Navarro alguna teleserie cualquiera, Álvaro solo prendía un Kent.

Como viles flaites nos sentamos afuera del Café Central, disimulando una activa conversación la cual era la excusa para mirar a los actores hacer su mono-papel, como son los de televisión nacional. Mientras me acomodaba en aquella banca oía murmurar a uno de mis compañeros contando su experiencia en la Chile, de como un grupo de amigos de ingeniería forestal se había fraccionado, al parecer del mismo modo en que lo estábamos haciendo nosotros, su relato era muy interesante al menos para los tres amigos que lo escuchábamos casi atentamente, fue en ese momento cuando sin codificar lo que iba a salir de mi boca, dije: "Si la vida es una teleserie weón". Pero los tramoyas mojando la calle nos aburrieron, y decidimos seguir nuestra ruta hacia la feria artesanal, cuando seguí jugando entre los adoquines me di cuenta del peso de mi frase y me puse a pensar lo que había detrás de esas palabras tan repetidas que mas de alguno ha escuchado.

La verdad es que siempre nos pasa lo inexplicable cuando menos lo esperas, cuando piensas que tu vida esta en un camino recto suelen aparecer desvíos que sin lugar a dudas son la vía que nosotros mismos hemos elegido, pero que como errantes humanos le echamos la culpa quizá al destino, para otros a Dios, o algunos al meao del perro, yo prefiero echarme la culpa a mi misma y darme cuenta de las estupideces que de repente hago, la verdad es que muy tarde me doy cuenta de mis errores, y del rumbo que estos toman. En el ejercicio de recordar mis grandes errores, me acuerdo de muchos, algunos divertidos y otros muy tristes, pero sin lugar a dudas lo peor es reflexionar sobre lo mal que te comportas, pasando a llevar a personas que en un minuto creyeron en ti solo por un poco de diversión o en algunos casos para la satisfacción de reírse del otro.

Para mi el peor error no es relacionarte con la persona equivocada, no es el cometer un error técnico en algún trabajo, no es tampoco el arrepentirse de lo ya hecho, no es ser como uno es, no es hacer una mala inversión, no es derrochar el tiempo haciendo nada. Sino que el peor error es no darte cuenta de que el que esta al lado tuyo si tiene algo que decir, de que el que esta al lado tuyo es bueno en algo que tu no lo eres, de que el que esta al lado tuyo te puede entregar cosas que no conoces, de que el que esta al lado tuyo puede se tu gran amigo, y que gracias a nuestra mirada ciega cada día en el metro, el la universidad, en un ascensor, en la tienda o en la calle, no te das cuenta de los que están a tu alrededor.

Sin lugar a dudas el camino que uno decide tomar.